Expresión vienesa

Fueron los romanos quienes la llamaron Vindobona, nombre de origen celta que significa Ciudad Blanca
Viena también estuvo en manos del Imperio Romano en el Siglo I a.C, y este esplendor imperial se plasma en cada rincón, especialmente en esos inmensos edificios que sobresalen en el centro de la ciudad. Tras una larga historia de imperios, asentamientos e invasiones, la capital de Austria, empezó a ser reconocida por su solidaridad, apoyo y uníón con las demás naciones durante el siglo pasado. Esta urbe fue aglutinadora de cultura y nacionalidades. Es por eso que actualmente Viena es recorrida a diario por una población de 8,3 millones de habitantes de diversas etnias y procedencias, como turcos, eslovacos, húngaros, yugoslavos, polacos, chinos, indios y egipcios.
Fueron los romanos quienes la llamaron Vindobona, nombre de origen celta que significa Ciudad Blanca

Viena también estuvo en manos del Imperio Romano en el Siglo I a.C, y este esplendor imperial se plasma en cada rincón, especialmente en esos inmensos edificios que sobresalen en el centro de la ciudad. Tras una larga historia de imperios, asentamientos e invasiones, la capital de Austria, empezó a ser reconocida por su solidaridad, apoyo y uníón con las demás naciones durante el siglo pasado. Esta urbe fue aglutinadora de cultura y nacionalidades. Es por eso que actualmente Viena es recorrida a diario por una población de 8,3 millones de habitantes de diversas etnias y procedencias, como turcos, eslovacos, húngaros, yugoslavos, polacos, chinos, indios y egipcios.
Después de visitar las plazas más importantes: Stephenplatz, Rathausplatz, Michaelerplatz, JudenPlatz, Karlsplatz (como se habrán dado cuenta, “platz” en alemán significa “plaza”), me fui a visitar los principales jardines y parques: Burgatten, Stadpark, Volksgarten, entre otros. Lo más lindo de Viena son sus espacios verdes que, a pesar de que sean compartidos por diversas clases sociales, se muestran todas como zonas lujosas y preservadas.
Una vez que bajó el sol me introduje en los pasajes más urbanos de la ciudad. Caminar por las calles vienesas es sumergirse en una atmosfera íntima y embrujada. Los vieneses no son muy abiertos con los turistas, son más bien reservados y hasta un poco antipáticos. No es casualidad que sean conocidos como los “Parisinos de Europa Central”.

Su cautela no es en vano. Viena sabe “guardar secretos”, y callarse cuando lo necesita. Esta ciudad fue refugio de genios como el creador del psicoanálisis, Sigmund Freud, el artista Gustave Klimt, el compositor Richard Wagner o el político revolucionario ruso, LeónTrotsky. Al recorrer la metrópoli, el aire intelectual se entremezcla con las melodías clásicas y las brisas provenientes del Río Danubio. Cuando uno pisa la Heldenplatz, se da cuenta que está en la capital del vals.
La armonía de este baile te transporta al siglo XII sensacional e inmediatamente. Nunca había visto tanta erudición junta: política, arte, música, ciencias, y literatura tienen asistencia perfecta en Viena. La Universidad de Viena es un lugar que no podía faltar en mi fugaz visita por la capital austríaca. Fundada hace más de 600 años, la Universität Wien es una de las universidades más prestigiosas y grandes de Europa. Siguiendo los pasos de varios Premio Nobel, 91.000 estudiantes se matriculan cada año en la “Alma Mater Rudolphina Vindobonensis” (Universidad de Viena en Latín).


Fue Austria quien, como cabeza del imperio austrohúngaro, se impuso como crisol de culturas manifestantes. Fue Viena quien acaparó el interés social como núcleo para explotar el Expresionismo. Fue en territorio austríaco donde Klimt convirtió su pintura en oro, Schiele en tensión y Munch en exclamación. Ninguna exposición te muestra al Expresionismo tan vivo como la de Museums Quartier. Este recinto de arte concentra los principales museos de VienaMuseo de Arte de Moderno, Museo Leopold y el pabellón Kunsthalle. Yo tuve la suerte de conocer el Leopold Museum. Basado en una sensacional colección del amante del arte, el Dr. Rudolf Leopold, este museo es un tesoro del Art Nouveau y el Expresionismo vienes. Siempre me había llamado la atención este movimiento.
El expresionismo defendió, ante todo, la libertad individual, la expresión subjetiva, el irracionalismo, la pasión y los temas prohibidos de la época. Como fiel reflejo de las circunstancias históricas en que se desarrolló (I y II Guerras Mundiales), el expresionismo reveló el lado pesimista de la vida y la angustia existencial del individuo, los cuales se alienaban y aislaban en una sociedad moderna que lo único que buscaba era el “desarrollo” y la industrialización. 
Y no todo es ciencia en Austria. La gastronomía es clave en este país, o ¿Nunca se pusieron a pensar de dónde vienen las “salchicas de Viena”?. Viena tiene 21 mercados de delicias. Un “must” para los golosos –como yo- es la pastelería vienesa. La capital tiene más de 600 cafés, algunos, incluso datan del siglo XIX. Así que si lo que te gusta es degustar, Viena es tu lugar.

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