Se trata de un día especial en India, donde desaparecen las castas y niveles sociales, un día en el que se celebra el triunfo del bien sobre el mal, la llegada de la primavera, el renacer. Un año más, pudimos disfrutar de esta maravillosa fiesta en Jaipur. El día inició con el grupo vestido de blanco impecable, cargados de ilusiones y mucha curiosidad.
En el bus nos reciben Anil y Rakesh - chofer y acompañante- quienes nos convidan un delicioso dulce típico conocido como barfi, elaborado con leche condensada, azúcar, frutos secos (en esta ocasión de pistachos). Nuestro guía, Vijay, nos reparte bolsitas con los colores ecológicos para jugar. Ya palpitamos ambiente de fiesta!
Llegamos a destino, un lugar preparado especialmente para el festejo, comenzamos tímidamente a sumarnos a la multitud de personas locales y turistas que se reúnen a celebrar la vida.
Al son de la música, imitando a los indios, nuestro grupo se va animando, nuestros trajes se colorean de púrpura, amarillo, azul, verde, naranja… todas las gamas, todos los tonos hasta quedar transformados, irreconocibles.
Show en vivo, música -hasta una que otra canción en español-, bailes, alegría porque sí, por la vida, por contagio, porque el nivel de serotoninas y endorfinas nos sube a mil, por todo o por nada en especial, no lo sabemos bien, pero mágicamente se olvidan penas, problemas, estrés, cansancio y como dijo una amiga india -Tucá- “pintamos nuestra de alma de colores”.
Holi es eso, expresar alegría, amigarse con la vida, sacar a pasear nuestra mejor parte.
Gracias querido grupo por acompañarnos!
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