Roma, la Ciudad Eterna o l'Urbe ("la" ciudad), alberga tres mil años de historia y un patrimonio cultural único en el mundo. La siguiente es una simple, pero imprescindible, enumeración
de aquello que no podes dejar de hacer en increíble ciudad. Su orden no responde a un
criterio de importancia ya que todos, sin duda, bien valen la pena.
11) Reunirse en Plaza de España al atardecer
La Plaza de España es una de las plazas más famosas de Roma,
y sus escalinatas, un punto de encuentro imprescindible al atardecer. La idea
es recostarse en uno de los 135 peldaños que suben hasta la iglesia de Trinità
dei Monti, y admirar la vista o escuchar
la música junto a los miles de turistas que comparten pacíficamente el lugar.
2) Visitar El Vaticano
La Basílica de San Pedro, junto con la Plaza de San Pedro
que la rodea y con los Museos Vaticanos, es una visita obligada en la ciudad de
Roma. Un punto emblemático que no sólo representa el centro neurálgico de la
Iglesia Católica, sino que vale por su magnificencia e imponencia. Ubicado en
la Ciudad del Vaticano, un país soberano y uno de los seis microestados europeos;
este lugar alberga, además, la obra maestra de Miguel ángel, la Capilla Sixtina,
uno de esos lugares que todo el mundo debería ver al menos una vez en la vida.
3) Recorrer las callecitas de El Trastevere
El Trastevere, repleto de arte, música y tiendas de diseño
que copan sus pequeñas calles empedradas; es uno de los barrios más encantadores de
Roma. Su vida gira alrededor de la Piazza di Santa Maria in Trastevere, donde
se encuentra la antigua basílica de Santa Maria in Trastevere, una joya
arquitectónica que no puede dejar de conocerse.
4) Tirar la moneda en la Fontana de Trevi
Existe una leyenda tradicional de Roma que sostiene que los
visitantes que arrojan una moneda a la fuente aseguran su regreso a la ciudad. Después
de esto, ¿quién no querría tirarla?
La Fontana de Trevi es la mayor y más famosa fuente de Roma,
desde donde aseguran recoger alrededor de 900 mil euros por año.
5) Caminar la Via Condotti
La Via Condotti , que desemboca en la Plaza de España, es
una de las principales calles de Roma. Se configuró como un centro de moda
desde que el famoso diseñador Valentino abrió su taller en 1884. Hoy se
encuentran otras marcas como Fendi, Chanel, Armani, entre otras.
6) Descansar en Piazza Navona
Es una de las plazas más conocidas de Roma. Reúne esculturas, fuentes y edificios de gran valor artístico pero también está rodeada de heladerías donde se podrán degustar los mejores helados del mundo.“Il vero gelato è italiano ”, el verdadero helado es el
italiano, dirán los que saben. Y no se equivocan. Los helados en Italia, y
particularmente en Roma, están exhibidos como obras de arte. ¿Los sabores?
Desde los más extraños y exóticos hasta los de frutilla y limón.
7) Escuchar la música en las plazas
Roma es historia, arte y también música. No falta rincón que
no haya sido ocupado por algún artista dispuesto a brindar un espectáculo de
primera y a ambientar y adornar cada lugar con su preciosa melodía. Esto es
quizás una de las cosas que hacen todavía aún más bonita a esta ciudad.
8) Admirar el Coliseo
El Coliseo, famoso anfiteatro del Imperio Romano y una
de las obras arquitectónicas más impactantes del mundo. Construido en el centro
de Roma, es hoy un símbolo de la historia, donde tenían lugar las luchas de
gladiadores y los espectáculos públicos de la época.
El Coliseo fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1980
por la Unesco y una de Las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno el 7 de
julio de 2007.
9) Escaparse a Villa d’Este
A tan solo media hora de la ciudad de Roma, se encuentra
Villa d’Este, una pieza maestra de la arquitectura italiana y especialmente del
diseño de jardines. Declarada Patrimonio de la Humanidad en 2001, está
compuesta por una impresionante concentración de fuentes de agua que rodean el palacio.
10) Ver el atardecer desde Villa Borghese
Villa Borguese es el gran pulmón verde de la ciudad de Roma.
Un lugar desde donde se puede andar en bici, hacer gimnasia, pasea en tren,
recostarse en los jardines y, sobre todo, admirar la vista a la ciudad que
ofrecen sus alturas. Un espacio con una perfecta combinación entre arte y
naturaleza.
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