Un estudio de Booking refleja que la experiencia vivida antes y durante un viaje es mucho más placentera que cualquier otro momento en la vida de un aventurero.
Para el 49% de los entrevistados, el impacto emocional de un viaje es o ha sido más fuerte que el día de su casamiento. La verdadera felicidad se experimenta durante las vacaciones.
El día de la boda, tener un hijo o comprometerse son sin duda algunos de los momentos más importantes en la vida de una persona. Sin embargo, un estudio elaborado por Booking indica que para un gran número de hombres y mujeres hay algo que les ha hecho todavía más felices, y este algo es viajar.
Ya sea en un Bed & Breakfast, en un hotel de cinco estrellas, en un destino exótico o en una aventura con la mochila a cuestas, la experiencia vivida antes y durante el viaje es, a tenor de los resultados, mucho más placentera que cualquier otra cosa material.
La encuesta realizada a finales del año pasado, en la que participaron 17.000 individuos de 17 países de todo el mundo, arroja algunos datos como mínimo sorprendentes. Para muchas de estas personas, planificar y disfrutar de un viaje se ha convertido en algo más trascendental para su felicidad que algunos de los momentos más vitales de su existencia.
Y es que para el 49% de los entrevistados, el impacto emocional de un viaje es o ha sido más fuerte que el día de su boda; para el 51%, más que una cita con su pareja; para la mitad, que conseguir un trabajo nuevo; para el 45% que prometerse, y un 29% considera la experiencia viajera superior a la de tener un hijo.
Más allá de experiencias vitales, el estudio también pone de relieve que viajar proporciona una felicidad mucho más duradera que cualquier otra cosa material, tal y como confiesa el 70% de los consultados. Esto justifica que más de la mitad priorice las vacaciones a la compra de joyas o gadgets tecnológicos y casi el 50% las prefiera a la inversión en reformas domésticas.
La ilusión por viajar se mantiene a lo largo de todas las fases: en la planificación, la reserva y, finalmente, en el viaje en sí mismo. Y es que, sorprendentemente, siete de cada diez entrevistados declaran emocionarse solo con buscar posibles destinos y más de la mitad afirman sentirse realmente felices cuando logran formalizar la reserva.
Shawn Achor, experto mundial en el estudio de la felicidad, establece una relación directa entre disfrutar del periodo de reserva y de hacerlo durante el viaje. En un artículo publicado en el Harvard Business Review, argumenta que un viaje bien planificado que implique un bajo grado de estrés aumenta hasta un 94% las posibilidades de regresar al trabajo con más ganas, energía y felicidad.
El momento en el que se empiezan a organizar las vacaciones es en realidad el comienzo del viaje. Por este motivo, uno de cada cuatro participantes en el estudio confiesa refugiarse en las vacaciones -pensar en ellas- por lo menos una vez al día para animarse.
Ocho de cada diez disfruta y se siente más feliz buscando mapas y fotos del destino y de los alojamientos, y buena parte disfrutan leyendo comentarios sobre ellos.
Sin embargo, el análisis concluye que la verdadera felicidad se experimenta durante las vacaciones. Buena parte de los consultados vive el primer instante de alegría al salir de la oficina para irse de vacaciones y la gran mayoría, en el instante de ver el alojamiento por primera vez, al instalarse en él y poder sentirse como en casa.
Fuente: La Vanguardia.
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