Cataluña y su tradición culinaria

Cataluña es una región con una gran tradición culinaria. Barcelona, es una de las ciudades con más valor en la gastronomía catalana ya que fue en ésta donde se imprimió el primer libro de cocina de España, en 1477.


Por lo general, en la cocina catalana se utilizan tanto ingredientes procedientes del interior montañoso hasta pescados y mariscos provenientes de la costa, a partir de este mix hay una serie de platos llamados Mar i Muntanya en el que se refleja la fusión de ambos.


Así también, ostenta un rico pasado de tradiciones culinarias y un presente que la sitúa en la cumbre de la cocina mundial, formando parte de la cocina mediterránea más saludable y su diversificación y riqueza las sitúa entre las más singulares y excelentes de Europa por su cualidad de sabrosa, variada y refinada.









A partir del Renacimiento, la cocina de Cataluña fue incorporando otras influencias y productos mediterráneos procedentes de otras tales como la italiana, francesa y árabe. De estas culturas se puede resaltar la influencia aromática provenzal a su cocina de la costa y del interior. A esto, se le suma la utilización básica del aceite de oliva, el amalgama agridulce a partir de ingredientes dulces y salados y la mezcla entre carne y pescados.

La salsa es un complemento elemental en numerosos platillos catalanes, ya que desde hace siglos se acompañan estas destacadas recetas con samfaina, picada, o romesco principalmente. Pero la más popular de todas es el sofrito llamado i el all i oil (ajo y aceite). 
Mientras que los condimentos más utilizados son el azafrán, la canela, el chocolate y el anís.


Por todo esto, Cataluña cuenta con multitud de restaurantes con estrella Michelín. Entre estos se destacan el reconocido El Celler de Can Roca, fundado en 1986 y especializado en cocina tradicional catalana, y  Sant Pau a cargo de la cocinera Carme Ruscalleda que cuentan con tres estrellas.



Mientras que la cocina de autor creativa del joven pero reconocido chef barcelonés Jordi Cruz, Abac que cuenta con dos estrellas Michelin.




En estos mesones, los platos más destacados son l’esqueixada de bacallà, a base de bacalao, tomate, pimiento, cebolla y aceitunas en aceite de oliva, vinagre y sal. Esqueixar, en catalán, significa desgarrar, en este caso, se aplica para cortar el bacalao con los dedos.


La escalivada (ensalada hecha con cebolla, berenjena y pimiento asados); la xamfaina (a base de berenjena, calabacín, ajo y tomate frito) son clásicos de todo restaurant catalán; pero el más singular es el plato de calçots (cebollas de verdeo mojadas en salsa romesco) por su tradición de comerse con babero hasta en los mejores restaurantes de Cataluña.  


Dependiendo la estación, otros platos típicos son la botifarra amb monjetes (embutido con judías) y las faves a la catalana (habas a la catalana). En otoño, sin dudas, la receta más utilizada es la de los rovellons a la brasa.



En cuanto a lo dulce, Quemada es el postre más típico de la zona de Cataluña. Esta famosa Crema Catalana es básicamente una crema pastelera a base de huevo, con azúcar caramelizada por encima que le aporta ese toque crujiente tan delicioso y único.


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