Durante más de mil años, el
Camino de Santiago ha conducido a los peregrinos hasta el santuario de un
apóstol de la Cristiandad: Santiago el Mayor. Su tumba, descubierta una noche
del 813 en el monte sagrado del Libredón, bajo una lluvia de estrellas, sería
la piedra fundacional de una prodigiosa Catedral y de una ciudad que, desde
entonces, atraería las huellas de los caminantes hasta convertirse en un destino
con el rastro y el eco de todo el mundo.
Hacer el Camino de Santiago es
algo más que un acto religioso, de hecho para la mayoría de los peregrinos los
motivos son otros: aventura, reto personal, actividad física, inquietud o
curiosidad, conocer personas de distintos orígenes, una manera diferente de
hacer turismo y un largo etcétera de combinaciones. Lo cierto es que se
transforma en una experiencia inexplicable, en algunos crea hasta un vicio y
repiten la vivencia todos los años y cada año atrae a miles de personas.
Hay varias rutas y todas
concluyen en Santiago de Compostela, esta red de caminos jacobeos fue declarada
en 1993 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Jacobeo es un adjetivo
procedente de Jacobo, es español es habitual mezclar el adjetivo Santo y el
nombre derivado de Jacobo, Yago, quedando Santiago.
La de mayor tradición es la ruta conocida
como Camino Francés que nace en las inmediaciones de Paris, aunque la mayoría
de los peregrinos, así se conoce a los caminantes, lo inicia en Roncesvalles en
la provincia de Navarra, al límite con Francia y otros en Saint-Jean-Pied-de-Port
en el país galo. Este trazado quedó fijado a finales del siglo XI con la publicación
hacia el año 1135 del Códice Calixtino, una guía medieval de peregrinación a
Santiago de Compostela atribuida al clérigo francés Aymeric Picaud, en la que
se describen con minuciosidad los pueblos, ríos, puentes, hospitales e iglesias que se
encontrará el peregrino.
La distancia entre Roncesvalles y
Santiago es de 790 kilómetros y se va haciendo por etapas. Para hacer todo el
trayecto se necesita aproximadamente un mes, pero para tener la Certificación de
Peregrino o Compostela solo son necesarios hacer los últimos 100 km a pie o 200
km si se hace en bicicleta.
Los últimos 100 kilómetros
inician en Sarria, caminos rurales o “corredoiras”, robledales y pequeñas aldeas,
puentes sobre el ríos y arroyos, senderos, colinas, etapa por etapa, pueblo
tras pueblo, un camino físico, donde cada paso lleva al interior, a descubrir la
verdadera condición de peregrino en el camino de la vida, la simplicidad, la
comunicación y el silencio, descubrir cómo encarnar valores nuevos, todas estas
experiencias es lo que nos aporta esta Peregrinación.
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