Il gelato di San Gimignano

San Gimignano es un pueblo medieval amurallado, un verdadero museo al aire libre. Fundado como un pequeño pueblo en el siglo III a. C. por los etruscos, su historia más esplendorosa comienza en el siglo X, cuando adopta el nombre del obispo San Geminiano, que la había defendido de los hunos de Atila. En la Edad Media y el Renacimiento, era un punto de parada para los peregrinos católicos en su camino al Vaticano. El pueblo se mantiene intacto y la localidad presenta aún hoy uno de los mejores ejemplos europeos de organización urbana del siglo XIV, aún conserva 15 de las 72 torres iniciales, las iglesias de la Colegiata y San Agustín, el Palacio Municipal o la Torre Grossa que se alza hasta los 54 metros de alto y hasta la que se puede acceder como ocurre con el resto de torres Toscanas. 


Pero la fama actual de este pueblo se debe a su helado, el más premiado del mundo, es la Gelateria della Piazza o Gelatería Dondoli, debido a su carismático maestro heladero, Sergio Dondoli, que es un mago con sus elaboraciones, normalmente habla con los turistas, posa para las fotos y cuenta que vende unos 400 kilos de helados al día, y entre risas aclara sin dar la cifra exacta para no dar datos a los inspectores de hacienda.


Esta heladería, ha sido campeona del mundo en distintas ocasiones y ha ocupado el segundo puesto en otras tantas. Algunos de sus sabores son únicos como la Crema Santa Fina y otros son sabores clásicos pero todos destacaban por su textura cremosa y por ser elaborados con materias primas de alta calidad.


Cuenta con más de 80 sabores diferentes y otras 40 variedades estacionales. Algunos de sus sabores especiales el de azafrán, el Champelmo (a base de pomelo rosado y vino espumante; la Crema di Santa Fina (crema con azafrán y piñones, el Dolceamaro (crema a las hierbas aromáticas), de moras y lavanda (sencillamente delicioso), el Sabayón de Vinsanto, el chocolate Amedei, premiado en Londres en el campeonato del mundo de helados. 


Si hay que contar algún inconveniente sería que debido a su fama esta heladería suele estar siempre abarrotada de turistas y hay que esperar para ser atendidos pero la espera merece la pena.

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