Transiberiano: misterios y curiosidades de un viaje único


Subirse al tren Transiberiano es definitivamente emprender mucho más que un viaje en tren. En esta nota desandamos algunos de sus misterios.

1- Las obras para su construcción fueron inauguradas en 1880 por el zar Nicolás II. Duraron 26 años y en ellas trabajaron presos rusos a cambio de reducir sus condenas. También había trabajadores de otros países como China, Persia y Turquía, además de soldados rusos. 



2- Se trata de una de las líneas ferroviarias más largas del planeta. El tren cruza toda Rusia de este a oeste. Recorre 87 ciudades pasando por más de 800 paradas durante 8 días en el que se atraviesan 8 zonas horarias (aunque dentro del tren el horario que se utiliza es siempre el de Moscú).



3- Los vagones restaurante se cambian en la frontera de cada país, así que en ruta a Pekín se pueden probar platos rusos, chinos y, quizá, mongoles. Además de los vendedores que recorren los vagones, las provodnitsa, encargadas del vagón, ofrecen bebidas y picoteo.



4- Como es lógico, este tren de leyenda ha tenido su papel en el cine. Películas como Doctor Zivago, Horror en el Transiberiano o Transsiberian lo han tenido como escenario.



5- Atraviesa tres de los ríos más grandes de la tierra, la mayor zona boscosa que se conoce y el lago más extenso del planeta. Al principio, la línea se cortaba al llegar al lago Baikal y una serie de barcos trasladaban a los pasajeros de una orilla a otra para cambiar de trenes. Más tarde ese obstáculo se salvó con la construcción de una vía que lo rodea por su extremo sur.



6- Dos llegadas resultan espectaculares: la llegada a Pekín y a Ulan Bator. A menos de una hora de llegar a la capital china, el tren cruza unos 60 túneles, a los que siguen preciosas vistas. Igual de fascinante resulta la llegada a Ulán Bator por su gran extensión, congestión y caos.



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