Kerala, la tierra de los dioses | sur de la india
Dice una antigua leyenda india que
Vishnu, el dios hindú de la protección y la bondad, el creador, lanzó su hacha
de guerra al mar tras una dura batalla y así surgió este estado, al sur de
India, esta mágica y exótica tierra de los dioses. Considerada por la National
Geographic como uno de los 10 paraísos de este planeta, el país de los cocos,
eso significa su nombre, es un sitio obligado para los viajeros que buscan lo
diferente, lo auténtico.
Cada lugar donde posamos la
mirada, es seguramente algo para lograr nuestra mejor fotografía. Exuberante y
fértil, es la cara más colorida y amable de la India, habitado por gente amante de lo simple, de lo humano. Su
slogan de promoción turística, “Human By Nature”, Humano por Naturaleza, lo
dice todo.
Llama la atención el profundo
respeto por el otro, conviven imágenes de Ganesha, Vishnu, con la de Jesucristo,
tolerancia absoluta entre las distintas religiones y creencias. Además es
considerado como el estado con la cultura más rica de todo el país. Orgullosos
de sus manifestaciones de arte clásico, como el Kathakali, donde sus
intérpretes narran grandes historias de su pasado con danza, música, trajes y
un tradicional maquillaje.
"Hacer para la gente mejores
lugares en los que vivir y mejores lugares para visitar" Con este
lema, la Organización de Turismo de
Kerala, trabaja para el desarrollo de las aldeas y su gente, en especial para erradicar
la pobreza y revalorizar el trabajo de la mujer, de los artesanos
tradicionales, de los agricultores y dando oportunidad a la población sin
recursos.
Aquí te contamos solo algunas de las características más importantes de esta región y una parte mínima de las innumerables vivencias posibles en este paraíso.
Aquí te contamos solo algunas de las características más importantes de esta región y una parte mínima de las innumerables vivencias posibles en este paraíso.
Hacia el interior, colinas y
montañas en los llamados Ghats Occidentales, a veces cubiertos por niebla donde
prosperan cafetales, plantaciones de té, arroz y de especias, inundando el aire con aroma a vainilla,
pimienta, cardamomo, jengibre, clavo de olor. Un paisaje verde lleno del color
de los saris de las mujeres que recolectan tan preciados productos que
provocaron los grandes descubrimientos europeos de los siglos XV y XVI. Munnar
es un buen lugar para vivir esta experiencia.
Hacia la costa, bañada por el Mar Arábigo
e inundada por altas palmeras cocoteras, destacan sus hermosas playas, muchas
de ellas entre acantilados y mar, sin
construcciones que impidan sentirse asilado dentro de la naturaleza. El
atardecer es especialmente espectacular, con el regreso de las barcas de los
pescadores, los sonidos del mar y de sus voces. Algunas playas se convierten a
esta hora en un espacio espiritual propicio para la práctica de yoga.
Algo imperdible, disfrutar de un
paseo por los remansos de agua o “backwaters” en las barcas tradicionales de
bambú, que antiguamente se usaban para transportar la cosecha de arroz y de
coco. A su paso, aldeas, plantaciones y el contacto con sus encantadores
habitantes.
Por si todo esto no alcanzara para
motivar un viaje, está la medicina Ayurveda, una milenaria ciencia de la vida y
la longevidad, con más de 5000 años de historia y reconocida por la
Organización Mundial de la Salud. Trata al ser humano y sus enfermedades de
manera integral y con remedios naturales y masajes específicos para cada
dolencia. No debe faltar en un viaje por lo menos un masaje ayurvédico para renovar
energías.
Si hablamos de gastronomía,
necesitamos un relato aparte, su plato estrella es el Sadya, una verdadera fiesta vegetariana de sabores,
que puede tener hasta 28 platos diferentes servidos sobre una hoja de plátano,
acompañados de arroz. Su secreto: aceite y leche de coco combinado con las
diferentes especies locales.
En fin es un lugar que enamora, donde los sentidos deben
agudizarse para poder captar todo lo que nos brinda esta tierra casi
desconocida.
De Silvia Socci
Para Destefanis Travel
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