BUDAPEST,
volvería mil veces
Separadas por el romántico río Danubio, Buda, la ciudad alta situada a la orilla izquierda, mientras que Pest, la ciudad baja se encuentra al margen derecho. Están unidas por numerosos y grandiosos puentes, que invitan a conocerla, perderse por sus calles y así saborear el verdadero encanto húngaro.
De Silvia Socci
Conocida como la “Perla del
Danubio” y por un dicho popular húngaro, que dice “Quien está cansado de
Budapest, está cansado de la vida”, así es la capital de Hungría, una de las
más fascinantes de Europa.
Separadas por el romántico río Danubio, Buda, la ciudad alta situada a la orilla izquierda, mientras que Pest, la ciudad baja se encuentra al margen derecho. Están unidas por numerosos y grandiosos puentes, que invitan a conocerla, perderse por sus calles y así saborear el verdadero encanto húngaro.
Buda, es una de las ciudades históricas
por excelencia. Para recorrerla, la mejor experiencia es subir desde el Puente
de las Cadenas al Castillo en el viejo funicular con sus elegantes cabinas de
madera. Nos recibe así una amplia plaza y edificios como la Galería Nacional Húngara
y el Museo de Historia de Budapest. Después de muchas fotografías de las maravillosas
vistas, al descender caminando entre callejuelas y rincones plenos de encanto.
En el camino, la Iglesia de San
Matías, del siglo XV con sus increíbles tejados de colores y a tan solo 15
minutos a pie desde el castillo, el Bastión de los Pescadores, desde donde se
tiene, a mi modo de ver, la vista más impresionante de la ciudad. Posee una terraza,
construida en el siglo XIX con siete torres que representan a cada una de las
tribus que derrotaron a los romanos que dominaron el territorio desde el siglo
I y durante 450 años. Todo el conjunto “controlado” por una gran estatua del
rey Esteban I, el primer rey cristiano (S.X)
Cruzamos el Danubio para
encontrarnos con Pest, la parte moderna y plana de la ciudad. Se destacan la
Catedral de San Esteban, el Parlamento (cuya mejor vista se tiene desde Buda),
el triste Monumento de los Zapatos donde cientos de judíos fueron asesinados
arrojándolos atados a las aguas frías del río.
Si algo no se espera en esta
ciudad es el metro, en especial la Línea 1, la más turística, que recorre de principio
a fin la Avenida Andrássy y hace paradas en la Ópera, la Plaza de los Héroes,
el Parque de la Ciudad y muy cerca del Puente de las Cadenas. Es el segundo
metro más antiguo del mundo, inaugurado en 1896 y declarado Patrimonio de la
Humanidad.
Encontramos muchas calles
elegantes como la mencionada Andrássy Utca (utca es calle en húngaro), de
grandes marcas, tiendas de lujo y cafeterías, con mucho movimiento.
Al final de esta calle, la Plaza
de los Héroes, un gran espacio con estatuas que recuerdan los diferentes héroes
y períodos de la historia, también se representa el trabajo y la riqueza, la
guerra y la paz, el reconocimiento y la gloria, siempre bajo la mirada de la
estatua de Esteban I.
En todo Budapest hay más de 130
fuentes de agua termal, por eso los romanos la llamaba "Aquincum", el
Balneario Gellert es sin dudas, el más conocido, pero ha quedado un poco
anticuado. Recomendamos el Balneario Széchenyi, con 15 piscinas, de las cuales
3 son exteriores. Ideal para el invierno, la temperatura del agua va de 28 a
37ºC cuando en el exterior puede estar helando o nevando.
Algo imperdible son los bares en
ruinas, construidos en casas abandonadas de más de cien años de antigüedad en
el barrio judío, decorados con grafitis y objetos de los más variados.
Apto para golosos, la confitería
Gerbeaud Sorhaz, donde la emperatriz Sissi iba a diario (sí dicen que todos los
días) a degustar sus tartas y postres, mantiene la misma decoración y la carta
desde esa época.
Y como broche de oro, queda el
paseo en barco por el Danubio, la ciudad desde otra perspectiva, cruzando
puentes, los edificios emblemáticos.
Nos queda mucho más para contar,
la ciudad es bella de día como de noche, el barco, las vistas del Castillo, los
atardeceres en el Bastión de los Pescadores, su rica gastronomía, su
música y en especial el ambiente de los
Mercadillos de Navidad que dejo para otra oportunidad.
De Silvia Socci
Para Destefanis Travel
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